La cantante caboverdiana Elida Almeida regresa con un cuarto álbum, ‘Gerasonobu’, en el que confirma su condición de líder de la nueva generación de músicos en Cabo Verde.

A sus 27 años, Elida Almeida ya destaca, con su sonrisa melosa y energía solar, tan joven como madura, como musa de la nueva generación musical caboverdiana. Despliega este estatus como una pancarta y lo inscribe en la portada de su nuevo álbum, titulado Gerasonobu (“Nueva Generación” en criollo caboverdiano). Junto a otros compañeros músicos, la joven, cuyas raíces se encuentran en la isla de Santiago, está contribuyendo a hacer estallar los códigos de la música caboverdiana: una tradición iluminada por la figura guardiana de Cesaria Evora, celosamente vigilada por los llamados “expertos” que se quejan en cuanto uno da un paso (de baile) fuera de la norma. Pero Elida no está satisfecha: “Incluso las creaciones de Cesaria son diferentes a las piezas ‘tradicionales’. La música de mi archipiélago de marineros, abierta a todos los vientos,

Entonces, a diferencia de su último disco, que toma su nombre, Kebrada, de su pueblo natal, ahora viaja por el mundo. ¿En su equipaje? Las canciones caboverdianas que sacudieron sus primeros años en la radio, pero también las canciones errantes de Gerasonobu, que  fueron compuestas por todo el mundo, durante las giras, en el sueño semi-despierto de un viaje en avión a Lisboa, a Abidjan… “Cada vez, mis creaciones, en el corazón de Cabo Verde, fueron impregnadas de las vibraciones y la música de los territorios en los que las escribí ”, sonríe.